-El mariscal, cansado de escuchar al relator monopólico también en su propia radio, se quemó y se fue. El inmenso Ricci tomó la posta y el tito Bernardo se empachó de comentarios Leer más
-El mariscal, cansado de escuchar al relator monopólico también en su propia radio, se quemó y se fue. El inmenso Ricci tomó la posta y el tito Bernardo se empachó de comentarios