"La Patria no se vende"
El 24E un millón y medio de personas dieron muestra de madurez y capacidad de reacción contra las políticas de ajuste de un gobierno que declaró su pretensión de provocar, ADREDE, una estanflación que vuele por los aires la endeble economía de la mayoría de las y los Argentinos, y habilite el salto a lo mas hondo de la pileta vacía que supone la dolarización y renuncia de la Soberanía Monetaria.
El gobierno nacional hizo gala de fino sentido político, y fingió que no había pasado nada. Al amparo del tabique informativo de Clarín y La Nación, menospreció el efecto del más importante acto político opositor realizado a poco más de un mes de asumido Milei.
Como era de manual, de manera silvestre a falta de medios, el pueblo rompió el silencio informativo y viralizó las imágenes de la jornada signada por la masividad, recogidas por periodistas comprometidos y medios populares, autogestionados, y de resistencia.
El 24E abrió una nueva etapa en la vida política argentina.
Del lado del oficialismo, el apriete a los gobernadores, las amenazas y exabruptos filtrados por un funcionario que termino eyectado por buchón, no ocultan el mamarracho del Dictamen que roza el delito de falsificación de instrumento público, firmado en blanco por aliados dialoguistas. Funcionarios y funcionales ad hoc la terminaron de embarrar en la Biela, un episodio tan grotesco que cabe sospechar si no le afanaron la propina a los mozos.
Del lado de la oposición, protagonizada por peso político por UXP, se abre un interrogante. 1ro, por la torpeza política de unos diputados que traicionaron el mandato popular que les dio la banca, sin advertir que el destino de su provincia va atado a la suerte del país y de su pueblo. Que se enteren que más temprano que tarde el pueblo y la patria se los habrá de demandar.
2do, porque cabe esperar que los referentes políticos de la coalición que encabeza el Peronismo definan con Patriotismo y Grandeza la estrategia para la construcción de liderazgos para enfrentar la entrega a corporaciones extranjeras de una Argentina que tiene mayorías hambreadas y exhaustas, y además, amplios sectores medios rápidamente empobrecidos. Ni unos ni otros están dispuestos a repetir el calvario de los´90.
El mensaje del 24E vale para toda la dirigencia. El pueblo está a la expectativa del Plan de Lucha, que no solo lo conduzca sino que también lo reconozca como protagonista ineludible de la reconstrucción de la Democracia y de las Instituciones Republicanas del país. Pretenderlo mero espectador de negociaciones tiempistas que no tengan en cuenta sus necesidades, sería criminal, y un grave error político. El signo de la época es la velocidad, y los procesos sociales se aceleran, para todos todas y todes.
Como dijo Taty Almeida “un pueblo unido jamás será vencido”. Porque solo el Pueblo Salva al Pueblo.
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